Pelos parados, camperas de jean, chicas con flequillo y birra. Estos factores se unieron en la noche del viernes 13 de Junio para recibir en el Club Tucumán una velada punkie como pocas.
A eso de las 21.15 sonaron los primeros acordes de los chicos de Focusin mostrando un sonido que busca combinar punk y metal. Al conversar con ellos me contaron que se encuentran en proceso de componer nuevos temas con el objetivo de sacar a la luz el primer disco de la banda en el futuro cercano. Mención aparte se merece el cierre del show en que Santiago, el baterista, cambió su instrumento por el micrófono y pelando un vozarrón que no coincidía con su porte físico cantó “Me cago” el tema de los bizarros rockeros de Asspera.
Los siguientes en emerger del averno hacia el escenario fueron los muchachos de Desde el Infierno, quienes sonando fuerte y nítidamente levantaron la temperatura de la monada al presentar los temas de “Buscando el Modo”, el primer disco editado de la agrupación. Al ver la personalidad de sus miembros en escena y la destreza en la ejecución de sus instrumentos se nos hizo sencillo entender a todos los que estábamos presentes por qué estos músicos oriundos de Berazategui habían logrado ganar el Varela Rock en dos oportunidades.
La noche continuó con los amigos de Clon-Ax, un grupo de Zona Sur que se caracteriza por versionar al castellano y siempre con el característico sonido del punk, canciones de estilos tan diversos como “Losing my Religion”, “Only You”, “Don´t be Cruel” y “Paint it Black”. Impulsados por una promesa que Trapo, el cantante de la banda, le hizo a su hermana poco antes de fallecer, Clon-Ax imprime el sello del punk rock a todo lo que toca como si fuese una especie de Midas ramonero.
Bien pasada la medianoche llegó el turno de Convictos, un power trío platense que viene tocando ininterrumpidamente desde el año 2000. El Club Tucumán, que para esta altura ya estaba repleto de gente, recibió toda la furia del crudo sonido que emanaban la guitarra, el bajo y la batería de estos reos del punk y fueron la patada a la cabeza perfecta que preparó a todo el mundo para lo que iba a ser un cierre de noche a puro pogo.
Finalmente y luego de una breve espera, 2 Minutos salió a escena entre el aturdidor griterío del público. Ya de arranque, perdieron la lista de los temas que iban a tocar, por lo que fueron improvisando sobre la marcha lo que iba a sonar mientras Pablo, la guitarra principal de la banda de Valentín Alsina, bardeaba al iluminador para que le bajara las luces ya que argumentaba “estas luces no son para drogadictos” y repetiría no menos de veinte veces a lo largo del show “bajame las luces, forro”, una frase que prácticamente se convirtió en un slogan propio. Los pibes que estaban entre el público sentían una euforia indomable que los llevaba a subirse al escenario junto a sus ídolos, cantar los temas con ellos, abrazarlos, decirles algo al oído y con la misma impetuosidad y prepotencia tirarse de cabeza hacia el pogo descontrolado que los esperaba debajo. Esto se intensificó durante las canciones más conocidas y clásicas de 2 Minutos, como “Ya no sos igual”, “Piñas van, piñas vienen” y “Borracho y agresivo” donde el pogo llegó a su punto máximo de efusividad. Así, luego de hacer un repaso de la discografía del grupo, se despidieron con el himno “Valentín Alsina” cerrando a las 3.15 de la madrugada lo que denomino como una panzada de punk rock.
by Ezequiel Allen
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