Una verdadera fiesta y fusión de géneros fue lo que se vivió en The Roxy Live del barrio de Palermo, el pasado sábado 24, cuando Arraigo presentó «NOSOTROSACAYAHORA» (el disco del mes de mayo para Música Sin Comprimir, por el que nos visitaron), ante un recinto repleto de espectadores. Sin embargo, no esquivaron los clásicos de “Fronteras y horizontes” (2012) y “5” (EP de 2014), para marcar una mezcla de emociones, con momentos muy significativos.
Tras la apertura de la jornada a cargo de Sin Destino y Canto Runa, el quinteto de folk metal latinoamericano, oriundo de Capital Federal, ocupó el escenario, tras el telón característico del lugar y con la introducción que lleva el mismo nombre de la flamante placa. Sin embargo, Pablo Trangone (voz, bombo legüero y percusión); Leandro Ramogida (guitarra y voz); Mariano Perret (guitarra, charango y coros); Leonardo Pazos (bajo y coros) y Federico Prieto (batería y bombo legüero) decidieron empezar con “En el nombre del padre” y “Zamba para los huérfanos”, desde su placa lanzada hace cinco años, con un “Feliz cumpleaños” entrelazado y dedicado al unísono para su vocalista, que celebraba ese mismo día.
El primero de los temas “nuevos” fue “Incómodo donde estés”, para seguir con su ya conocido cover de “Tu nombre y el mío” (Lisandro Aristimuño). Luego, “Pañuelos negros” (también de su reciente producción) tuvo una particular confesión donde el cantante admitió que, cuando surgió esta letra, besó a una anciana, todo en el contexto de una visita a un pueblo del norte del país, en el cual suelen curar sus heridas en el alma (al igual que las exteriores) con alcohol en sus infusiones.
Después de la reversión de “El tempano” (popularizado por Juan Carlos Baglietto), se hizo presente el primer invitado: un bandoneonista conocido como “Cuervo pajón”, personaje que ha tocado con grandes de nuestra música. Con él, interpretaron “Traen la pregunta” (al terminar, una pequeña espectadora le regaló un dibujo a Trangone, que se vio conmovido) y “Pide más yuta el malón”. Como un intermezzo, “Los brujos”, el grupo que integra quien llevó el fuelle en este lapso, deleitó a los presentes con dos canciones, a las que respondieron con danzas típicas.
Pasada “Vidala para que sigas”, se sumaron otros dos participantes: Claudio Vázquez de Canto Runa (originalmente percusionista, pero ofició de guitarrista) y Miguel Hornos de Sin Destino (violero devenido en cantante para esta ocasión). Juntos, hicieron “Te llamo eternidad”, para construir otra instancia especial de la velada.
Continuaron con “Vidas comunes” (del uruguayo Tabaré Cardozo, donde el bajista tomó un papel clave en la voz); “Lo no caminado” (con profundas miradas entre Pablo y su pequeño hijo, mezclado entre la gente) y “Escribe y dispara” (con un amigo, Enzo Díaz, en percusión y güiros, para imprimirle la clave de cumbia).
Sin embargo, el pico más alto del recital fue cuando sonó “Calaveras porteñas”, gestado en honor a “Los Calaveras de Constitución”, murga con una relación muy cercana para con el quinteto. Elías Ábalos, quien comanda el nutrido grupo vestido en tonos blancos y negros, fue el primero en aparecer con un bombo y con un sentido recitado, para que luego sus restantes compañeros se fusionaran con los espectadores, con estandartes y enormes pseudo títeres de esqueletos, para desatar emociones a puro baile.
El último invitado en apersonarse fue Florencio Justo en flauta, para “Mambolindoquilomno”, etapa en la que ya se encendió la mecha para el explosivo final. “Nehuén (Fuego del alma)” y “Carnaval de las soledades” (sus dos temas icónicos en cada repertorio) fueron la frutilla del postre para este show, en el que Arraigo demostró que se encuentra en una importante expansión de sus fronteras, tanto en sus estilos como en su mensaje, cada vez más crítico, que nos transporta a un “nosotros” cada vez más nuestro.
by Alan Pomian
alan@musicasincomprimir.com.ar
Fotografía gentileza de David Jaime
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