Fito Páez nunca se calla y siempre dice lo que piensa, a veces con canciones y otras tantas a voz en jarro, como el pasado sábado en Museum donde continuó presentando su último disco de estudio: “La Ciudad Liberada”. “Qué tiempos… LPMQLP, cuánta locura hay en esta ciudad. No vamos a ser menos, vamos a traer locura, pero también un montón de belleza”, proclamó el rosarino tras los últimos acordes de “Lejos en Berlín”, primer tema del show y una suerte de rescate emotivo de “EY!”, su álbum de 1988 que ya cumplió 30 Años.
Acto seguido arrancó “La ciudad liberada”, canción que da título a la placa y que nació el día en que Fito fue a tocar al Centro de Integración Monteagudo, un espacio para gente en situación de calle. Y allí, sobre una pared, estaba la columna vertebral de su nueva obra: «La calle no es un buen lugar para vivir, mucho menos para morir», así lo vivió y así lo cantó, sin pelos en la lengua, arrancando los primero aplausos y desahogos de sus seguidores, sobre todo con esa estrofa que reza: “Pelear contra los nazis y los fachos de mierda”.
Tras acelerar el pulso con “Aleluya al sol” y “Wo wo wo” el pianista recordó que la última vez que pasó por el recinto de San Telmo fue de la mano de Milton Nascimento, hace ya 20 años, para la presentación de “ABRE”.
“Giros” dio pie a otro rescate de EY! llamado “Canción de amor mientras tanto”. “En Baires, en Londres o en Rusia / todo es una pelea sucia”, entonó el cantautor en una línea que bien podría haber aparecido en cualquier medio local o en la cita de algún cuaderno vernáculo…ah!, de eso también habló (pero después se los cuento).
Fito siguió con la hermosa “Tu vida, mi vida” que, aunque él jura que no, a todos nos sigue sonando igual a la intro de “No soy un extraño” de Charly García. “Bohemia internacional”, fue el estreno (al menos en vivo) de la noche. Otro tema de su último álbum, que tuvo un arranque en falso (dejó pagando a su guitarrista) y en el que aclaró: “En el disco se la dediqué a Pablo Dacal, y hoy se lo quiero dedicar a Azul, que es una hermanita del alma”.
Luego del power “Naturaleza sangre” y el infalible “El amor después del amor”, con los hermosos coros de Anita Alvarez de Toledo como vocalista invitada, el show desembocó en “5778”. Una suerte de pasaje instrumental o como Páez lo señaló: “orquesta de bolsillo”. “Porque a veces cuando estás muy arriba, es bueno bajar…(guiño) y ahí la cosa recobra fuerza y se pone más interesante”.
“Plegaria” y “Se terminó” anticiparon a “Tumbas de la gloria”, ese mega-hit no apto para gargantas sensibles, pero que se cantó a los gritos de principio a fin. Y fue “Islamabad” ese bálsamo de aire pakistaní que logró recuperar nuestras voces antes de la psicodélica star de “Circo Beat”. Y ahí Fito volvió a poner la política en escena para el tándem del #GloriaGate: “Esos cuadernos se escribieron en el baño”, cantó el rosarino en referencia a las denuncias de aportantes a campañas y dinero sucio, que involucran al clan CFK con los capos de las mayores empresas constructoras del país.
Pero esto es una crónica de rock y antes del sólo guitar-hero de Juani Agüero (ex Detonantes), el Marshall del guitarrista #Detonó, tanto que debieron conectarlo al VOX de Fito que él mismo, luego, se encargó de ecualizar para que sonara bien al palo.
El final del concierto estaba cerca y fue el turno de la inagotable “Brillante sobre el mic” donde, sobre los últimos compases, improvisó un nuevo estribillo que decía “Si no es Hoy es mañana” y agregó: “La ley va a salir, muchas chicas van a dejar de morir en el mundo. Si no es hoy, es mañana”, y los pañuelos de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito ondearon bien alto, bañados en una verde luz que fundía a la banda con el público todo.
Fito se despidió y lo hizo con un doble BIS, previo a que abrieran las puertas entonó “Y dale alegría a mi corazón” que terminó cantado en coro y a capella entre todos los presentes. Antes del final, también hubo tiempo para los hits de cancha y fue el turno de “Mariposa tecknicolor” y “A rodar mi vida” que desataron el frenesí. Todos saltaban y agitaban pañuelos y entonces Fito saludó una vez más: “Hasta mañana muchahos, hasta mañana muchachas, hasta mañana muchaches”, lo que desató el aplauso generalizado, marcando postura a favor del lenguaje inclusivo. Y continúo: ”Yo estoy a favor de todo lo que está bueno y haga bien a mucha gente y vaya para adelante”. Así se despidió de este show lleno de músicas y musas, político e inclusivo, de posición tomada y sin pelos en la lengua. Porque Fito no se calla y esperemos que, por nuestro rock nacional, nunca lo haga.
by Diego Alvarez
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