Con un show plagado de sorpresas, A.N.I.M.A.L. se presentó el pasado jueves 2 de agosto en el auditorio de la Usina del Arte del barrio de La Boca, como parte de su formato Íntimo y extremo. Participaciones de lujo y el poder característico del grupo (con algunas innovaciones en su estilo) fueron las claves de la actuación, en un lugar diferente para ellos y sus seguidores. Como si fuera poco, la entrada fue libre y gratuita.
Andrés Giménez (voz y guitarra); Cristian “Titi” Lapolla (bajo y voz); Marcelo Castro (batería) y Osko Cariola (quien acompaña al conjunto en programaciones desde hace tiempo, lo que le dio el toque diferente al recital), tomaron sus puestos en el escenario a las 21, donde expresaron su alegría al ver el recinto repleto, con familias completas que los siguen hace años.
Real y Combativo fueron las canciones con las que le dieron la bienvenida al público, previo al primer protagonista estelar de la velada. Walter Meza, icónico vocalista de Horcas y del metal nacional, acompañó a sus colegas de estilo en El camino del hombre, con los primeros atisbos de agite de la gente, a quienes les era raro el ambiente de butacas, pero supieron contenerse.
Luego de Honor y Solo por ser indios, Giménez vio el desconcierto de los espectadores al permanecer sentados y los invitó a que asistan el 17 de agosto a Uniclub, donde festejarán los 20 años de su disco Poder latino. Seguido, se vivió quizás el momento más particular de la noche: el humorista Radagast se sumó para rapear un poco en Loco Pro, con el agregado de algunos versos de Canción para tomar el té al final, a modo de broma. Andrés contó, una vez finalizado el tema, que lo conoció en una gira que los llevó a Tandil mucho tiempo atrás y desde ahí no se volvieron a ver en persona hasta este evento.
Escrito con sangre y Sol le dieron paso a la instancia emotiva de la jornada: Nahuel Pennisi, el joven cantante no vidente que se hizo conocido recientemente en los medios, aportó su bello registro vocal para interpretar Aura (que fue más que acorde a su estilo), ante una audiencia maravillada, que respondió con aplausos.
El repertorio continuó con Vida; Familia y Mi barrio, esta última junto un personaje de nuestro rock que lleva su ciudad bien arraigada: Martín “Mono” Fabio de Kapanga se apersonó con una pipa para el pesado hit, donde se exhibió bien metalero, como en ciertos temas de su banda. Además, el quilmeño recordó y destacó que Giménez fue de los primeros artistas del mainstream en ir a verlos en sus inicios.
Más tarde, sonaron Antes de morir y Gritemos para no olvidar, pero el quinto y último invitado apareció en Preso del olvido, track que compone Acosados Nuestros Indios Murieron Al Luchar, el primer disco del conjunto (que para algún desprevenido, es el nombre con el que se identifican, llevado a siglas). Pity Fernández, de Las Pastillas del Abuelo, prestó su vozarrón a las rockeras melodías, además de mostrar su habilidad con la armónica.
Para el cierre, quedó Milagro, como la frutilla del postre para poco más de hora y media de espectáculo, en un clima sumamente íntimo y alegre, donde A.N.I.M.A.L. reflejó nuevos rumbos sonoros con muchas estrellas en el escenario, pero sin apartarse de su lado extremo.
By Alan Pomian
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Fotografía gentileza de prensa de Usina del Arte
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