Disco recomendado del mes
“Los Amigo»
de Spinetta-García-Ferrón
«Un, dos, tres, cuatro, un…», y después, una explosión de musicalidad. Así empieza “Apenas floto”, así empieza Los Amigo, el disco póstumo de Luis Alberto Spinetta, labrado junto a Rodolfo García en batería y Daniel Ferrón en bajo.
Luego del concierto de Las Bandas Eternas en Vélez, en diciembre de 2009, donde Spinetta repasó sus 40 años de carrera en una noche, comenzó a diagramarse desinteresadamente este trío. Unos miércoles fueron necesarios para darle forma a estas canciones, y dos días llevó grabarlas, en marzo de 2011. Claro que con la muerte de Luis Alberto once meses después, el material quejó guardado hasta el pasado octubre, momento en el cual los hijos de Spinetta pudieron reencontrase con las sesiones y darle forma definitiva.
En Música Sin Comprimir picamos el disco y entrevistamos a Rodolfo García, que nos contó que antes de bautizarse como Los Amigo iban a ser Los Titos, hasta que un grafiti callejero anunció que ya existía una banda con ese nombre. Finalmente, fue Aníbal “La Vieja” Barrios -histórico asistente de Spinetta- quien sugirió el nombre con el que finalmente decidieron registrar estas canciones.
Podría esperarse que, ante la relajación con la que se tomaron las sesiones, el material no sea tan coherente como otras obras de Spinetta, pero nada más lejos de eso.
García nos contó que casi todo lo que suena en este disco está grabado de primera toma. Lo que se agregó en estos meses fueron unos arreglos orquestales creados y dirigidos por Claudio Cardone e interpretados por la gran Kashmir Orquesta. El músico, miembro estable de la banda que acompañó a Spinetta en sus últimos años, también aporto teclados y efectos al igual que Juan Carlos ‘Mono’ Fontana, otro viejo colaborador del Flaco.
“Apenas floto”, el punto de partida, es una canción finísima tanto en música como en letra. El asombroso funcionamiento interpretativo del trío queda demostrado en apenas segundos, pero todo se vuelve más precioso aun cuando se oye la voz de Luis enunciando ‘La inmensidad azul sin tu querer / no sabe a nada…’. Así es, Los Amigo golpea fuerte de entrada.
Aunque no se trata de un disco atribulado -Spinetta estaba plenamente saludable al momento de grabarlo-, es imposible adentrarse en él sin emocionarse. Casualidad o no, al final de esa primera canción se escucha una exclamación fuerte y clara de Luis Alberto que dice ‘¡Bastante feliz, eh!’…
“Iris”, primer corte de difusión, tiene ese ADN spinetteano que tanto extrañábamos, ese que pensamos que ya no escucharíamos luego de la desaparición física del Flaco. Sin embargo, él nos sigue regalando gemas. La inclusión de la Kashmir Orquesta es acertadísima, debido a que aporta una especie de dramatismo necesario, que concuerda con el tono de ruego que tiñe la voz de Spinetta. ¿Querés escucharlo? podés hacerlo acá:
Además de la dirección orquestal en “Iris”, Cardone suma su teclado en la bellísima “Canción del lugar”, composición más cercana al estilo de los discos Pan (2006) o Un mañana (2008). El ‘Mono’ Fontana, que formó parte de Spinetta Jade y fue compañero de aventuras de Luis en varios discos de su etapa solista, es otro gran invitado de Los Amigo: participó en “Bagualerita”, aportando teclas y efectos.
Asimismo, en la placa hay momentos de pura musicalidad, como los instrumentales «El cabecitero» y «El gaitero», los dos con una notoria estirpe jazzera. Aquí volvemos a encontrarnos con el Spinetta de Invisible, de A 18′ del sol (1977), o con el Jade de Alma de diamante (1980). Según nos contó García, ambas piezas nacieron de las zapadas con las que los músicos daban inicio a sus ensayos, a modo de entrada en calor. El calibre musical y el virtuosismo de los tres músicos se captan a primera escucha.
La última pista es una versión más desnuda –voz, guitarra y orquestación- de «Iris». Luego, y a modo de bonus oculto, pegado, arranca “Río como loco”. Quien colabora ahora es Valentino Spinetta, hijo de Luis, que toca el piano Rhodes. La letra para esta canción no llegó a grabarse, aunque estaba terminada -de hecho, aparece en el booklet del disco-. En cambio, lo que se escucha es un tarareo, una línea melódica, un atisbo de lo que podría haber sido pero lamentablemente no fue. No importa, con lo que hay ya alcanza.
Es curioso: aunque este trabajo no fue pensado como disco, funciona como tal. En un principio, se trató de tres amigo que se juntaron a tocar. Cuando podían, sin presiones y sin demasiadas ambiciones más allá de pasar un buen rato. Eso hoy se convirtió en un álbum que tiene sentido, lejos de ser no es un mero rejunte. Si acaso alguien dudaba sobre el nivel artístico que mantuvo Spinetta hasta el momento de su muerte, puede servirse de estos casi 35 minutos de música y poesía para abandonar las dudas.
by Agustín Piermattei
agustin@musicasincomprimir.com.ar
Reviví la entrevista a Rodolfo García, donde cuenta varios detalles más de este nuevo disco.