Disco recomendado del mes
“MICROBIO”
de Peligrosos Gorriones
Con un disco breve pero intenso, el primero de estudio en casi veinte años, la banda platense termina de oficializar su regreso. Su poder para hacer grandes canciones sigue intacto.
Así como no hay un manual para guiar la separación de una banda, tampoco existe uno para ayudar en el regreso. Peligrosos Gorriones nació en La Plata en los albores de la década del ’90, ocupando muy pronto un lugar de privilegio en el hoy histórico movimiento llamado Nuevo rock Argentino. Tres discos después, se despidieron a las trompadas –literalmente- antes del comienzo del nuevo milenio.
En 2009 los caminos de Francisco Bochatón (bajo y voz), Guillermo Coda (guitarra y coros), Rodrigo Rocky Velázquez (batería) y Martín Karakachoff (teclados y sintetizadores) nuevamente se cruzaron. Dos años atrás apreció el registro del retorno en el Teatro Vorterix, ‘Vivo 2014’, un repaso eficaz por esa trilogía discográfica que no ha perdido solidez con el tiempo. Pero el regreso termino de formalizarse con el flamante ‘Microbio’.
La potencia -presente siempre en los trabajos del grupo- aquí aparece más ordenada, al servicio de melodías finísimas.
Han aprendido nuevos trucos en estos años y ‘Microbio’ es la prueba. Hay amplitud musical, poesía y caos.
La apertura es con el tema que da título al álbum, en el que Bochatón da la bienvenida repitiendo que “el tiempo está y se detuvo”, casi como un mantra. El disco tiene algo de resolutivo, como de cierta experiencia adquirida en estos años en los que cada uno emprendió sus proyectos. “Fue una revolución que en mi se resolvió. El misterio me ordena y ecos de él no quedan”, reza la letra de Puertas adentro.
El título del tercer track, Marosa, hace referencia explícita a la poetisa uruguaya Marosa di Giorgio, autora que ha inspirado algunas líneas de la canción.
Párrafo aparte para Guillermo Coda. Más allá de ser un gran guitarrista, ahora también debuta a la vez como compositor y cantante en dos canciones, Práctica y Brillantes.
Ambos aportes se ubican entre lo más destacado del disco, inyectándole un aire fresco que acaba por enriquecerlo.
“Temo y me parto de reír, ¿cuantas cosas se esconden aquí?”, se pregunta el guitarrista en Práctica, mientras que en Brillantes afirma “la verdad filosa tenés que enfrentar. Es tan bondadosa el alma de un hombre, tan grande que no hay más que lamentar”.
La poesía cáustica de Francisco Bochatón golpea de nuevo en Hueco universal: “No sos el mismo de antes, ¿cómo vas a tapar tanto dolor?”. Más allá de la madurez adquirida, aquellas cuestiones existenciales siguen tan presentes como en la primera etapa del grupo. En la misma senda se desarrolla el primer corte, Penuria (“Dame el cielo de tu piel, mi sol oscuro te dará su brillo”).
La recta final es inmejorable: Esto es un rock puro y duro, con pinceladas grunge, de esos que los Gorriones bien saben hacer. Verónica es sutil, breve, melancólica y reflexiva. Suena un cable oficia de cierre ideal para un disco breve (menos de media hora de duración) pero intensísimo, que embiste y suena, pero también evidencia un gran presente y augura un gran futuro para el cuarteto platense.
by Agustín Piermattei
@guspiermattei
– La Presentación oficial será el próximo viernes 9 de septiembre a las 21 en el Teatro Vorterix (Av. Federico Lacroze 3455) –
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