Un Lollapalooza metalero. Así fue como lo calificaron algunos de los que fueron a la última edición del Monsters of Rock celebrado en Tecnópolis. El gigantesco predio se prestó no solo como recinto para poder deleitarse con 5 enormes conjuntos, sino también como espacio para aprovechar algunas de las actividades que se podían realizar allí.
Desde bajonear algo en alguno de los muchos foodtrucks que habían llegando al microestadio, o pasar por las tiendas de merchandising donde poder comprar una remera o un cinturón de tachas para el metalero que se le caían los jeans, hasta degustar unas cervezas en el beer garden al costado del lugar donde se estaba gestando la magia. Había mucho para hacer durante las próximas ocho horas.
Los primeros en subir al escenario fueron Plan 4. La única banda que se repitió de la edición 2015 siguió presentando Lleva Tu Mente Al Límite y, por supuesto, los grandes clásicos que los vienen acompañando.
Más tarde fue el turno de Vimic, también conocida como la banda de Joey Jordison (ex baterista de Slipknot), que se encargó de presentar su primer disco, Open your Omen, a pesar que el mismo no fue lanzado aún. Los estadounidenses se llevaron una muy buena impresión de su primera presentación en el país, ya que recibieron numerosas muestras de apoyo de los fans argentinos y latinoamericanos, pues las banderas uruguayas y venezolanas también tenían su lugarcito en esta edición del Monsters.
Pasadas las 18:30 llegó uno de los platos fuertes de la tardecita: Anthrax volvía a la Argentina luego de poco más de un año para hacer mover a los muchos que esperaban ansiosos por su vuelta. Los liderados por Scott Ian en guitarra volvieron a la carga con varios de los hitazos que los vienen acompañando desde los 80 como en el caso de «Madhouse» desde Spreading the Disease (1985) sin olvidarse de For All Kings (2013), su último trabajo hasta el momento, cuyo banner aparecía en pantalla gigante detrás de ellos.
El carismático Joey Belladonna no dejaba de arengar a su público y de hacerlos matar de risa con más de un pícaro gesto (entre ellos, con uno muy popular que aquí podemos traducir como «está hablando del faso!»). Frank Bello fue otro de los que no paraba de sorprenderse por la magnífica respuesta del público argento.
Pero sin dudas el más cebado era el querido Scott, el cual pidió en más de una ocasión que se vuelvan completamente locos y que armen enormes círculos de la muerte a lo largo del campo, para luego explotar en un cóctel de pogo y tachas.
Luego de “Antisocial” (un cover de Trust) y de cerrar bien arriba con “Indians”, los neoyorkinos se despidieron “hasta la próxima” del país cuando todavía quedaba mucho más por disfrutar…
by Lucas Boltrino
Contacto: lucas@musicasincomprimir.com.ar
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