Plan intenso en Quilmes -

Como casi una reunión familiar. Así se sintió el debut de El Plan de La Mariposa en Quilmes, específicamente en el show que dieron en el Club Tucumán, el pasado sábado 13 de julio, para presentar su más reciente trabajo, Devorando Intensidad. Un recital lleno de energía, no solo de parte de la banda de Necochea, sino de su fiel público, que se movió y cantó como si el cansancio no existiera. Pero además, hubo otros dos grupos protagonistas, con propuestas más que interesantes.

En primer turno, I Griega (de San Francisco, Córdoba) dió un pantallazo de su último disco, Diana. Con un un rock potente, pero con algunos toques funk y pasajes más tranquilos, repasaron canciones como Ahora sí; ¿Que se le va a hacer? o Utopía, su más próximo corte de difusión. Para destacar la preponderancia del bajo por parte de Pol Ludueña y la figura de su vocalista, Facundo Malacalza, quien se mostró muy efusivo en el escenario.

Luego, 9 Menos Cuarto tomó la posta, con un estilo más barrial, aunque con tintes rioplatenses también, entre otros géneros. En un concierto vibrante, donde no se quedaron atrás y dejaron todo sin mantenerse quietos, su lista se centró en su todavía fresco álbum, Es hora de despertar, con temas como Seguís acá; Mochila o el que le da título al disco, en el que contaron con la participación de un cantante amigo invitado. Como si fuera poco, se trajeron una buena cantidad de seguidores, que alentaron y cantaron sin parar, sobre todo en un juego que la banda hizo con su nombre, como si de cantito de cancha se tratase.

Finalmente, el momento de los hermanos Andersen llegó. Sebastián y Camila en voz; Valentín en guitarra y voces; Máximo en teclado y acordeón; y Santiago en violín tomaron sus puestos, junto a Andrés Nör en bajo y Julián Ropero en batería. No sin antes recibir el cariño de sus fans con el ya clásico “Este es Plan, este es el Plan. El Plan de la Mariposa...”, coreado durante casi toda la noche.

Calle mantra; La vida cura y La cobardía abrieron el camino para que con La bisagra se generaran los primeros movimientos entre los espectadores. Y como si no fuera suficiente, apostaron a elevar un poco más esa euforia con Mar argentino (con algún pseudo can-can entre Sebastián y Santiago); La lanza de mi fé y Romance con el desapego (de las más pogueadas de la noche).

Más tarde, siguieron en una clave un poco más relajada con Semilla del alma; El paraíso y Savía, para luego ser interrumpidos unos minutos por el aliento de los asistentes al show. Retomaron con Abrime los ojos, donde el vocalista se tomó un tiempo para hablar acerca del respeto a lo que dice el otro y tomar lo mejor de ello. Después, interpretaron Cruz del Sur; Ella es agua; Libertad (cover del rapero español Kase-O) y El cuerpo sabe (con Camila al frente, quien danzó y se expresó físicamente en gran parte del show).

Fue tras Invierno nuclear y Azúcar negra que se dio una de las instancias más particulares del recital. En un ¿improvisado? sketch, el cantante invocó a un espíritu, en este caso apersonado en el bajista, a quien invitó a acercarse al micrófono y dar un mensaje en lenguas extrañas. Tras intentos fallidos en que el diálogo sea entendible, pidió asistencia al público para que con las palabras “sana, sana, garganta” ayudaran a mejorar la situación. En una nueva ocasión, la voz de Andrés Nör fue reemplazada por el característico grito agudo que da inicio a Te quiero, que fue tocada por el grupo y desató el descontrol del público, con un visceral alarido del protagonista para cerrar.

Mi jagger marcó una transición a un breve receso. A la vuelta, se dio otro momento peculiar, pero esta vez por su intimidad: casi a capella, sin conexiones eléctricas de por medio, el hoy septeto se posó bien al frente del escenario para entonar Entrañas, hit infaltable en sus setlists, que habla obviamente de la hermandad.

Sin embargo, todo concluiría con dos cortes de su más reciente placa: ¿Cómo decir que no? y El riesgo fueron el broche de oro para una velada más que familiar y cercana, con una energía muy amena en el ambiente, aunque con mucha intensidad.

Escuchá la entrevista a Sebastían Andersen de El Plan de la Mariposa, acá:

by Alan Pomian

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