El viernes 26 de septiembre se daba un hecho inusual en Zadar Club (Av. Mitre 6675), y era que Vikingo, volvían al Sur una vez más a “intoxicar”, como a ellos les gusta decir.
Todo comenzó cuando Preludio Nocturno subió al escenario, y llamón la atención desde el primer momento, ¿por qué? Porque la banda no contaba con la presencia de un bajista, al menos no como lo conocemos habitualmente sino que estaba un tecladista-bajista, lugar que decidieron dejarlo así en un primer lugar por la urgencia en su momento de alguien que llenara ese espacio, y segundo por la influencia de The Doors, que los convenció de quedar de esta manera. Algunos de los temas que tocaron: A Orillas del Olvido, Caer, Tema 1 (sí, se llama “Tema 1”), Piedad, Zombie, Simplemente un Blues y cerraron con La Casa. Gran banda gran la de estos muchachos (y muchacha) que coquetearon con el hard rock, pero que se fueron a estilos un poco más pesados y pasaron incluso por el blues y las baladas. ¿Los integrantes? Pablo Vidal (Teclado-Bajo), Sebastián Oertlinger (Batería y percusión), Sammy Kemmerer (Voz y Coros), y Nereo Paulus (Guitarra y voz).
El grito de guerra de Alan Rivero heló la sangre de muchos…para luego hervirla a fuerza de pogos. Las Ovejas de Érebo abrían su presentación con todo su Groove Metal y el público enloqueció. Los demás integrantes son: Alejandro Albarellos (Guitarra), Juan Manuel Bazán (Guitarra), Emmanuel Aráoz (Bajo) y Leonel Ávalos (Batería). Presentaron temas de su trabajo “Oscura Libertad” entre los que se incluyeron algunos como Dueños del Mundo, el homónimo Oscura Libertad, Sensación de Hostilidad y Destrucción en Babilonia, algunos de los más festejados por un Zadar que a esta altura no se podía quejar por lo que estaban recibiendo, pero que querían todavía más…
¿Qué siguió después? Después llegó el momento de la verdad. Diego Medrano y Cía comenzaron a cerrar esta gran noche metalera, presentando nuevo baterista (Marcos Saucedo) y con los clásicos que todo el mundo pedía. No faltaron temas de “Instalado”, del año 2007, que contó con la participación de nada menos que Walter Meza (Horcas), Marcelo Brancalente y Javier Cuevas (Jerikó), y de “Nuevo Ser” del año 2011, con el debut de Rodrigo Solez en guitarra.
“Muy pesada esta lista…” llegó a decir Diego, casi desafiando al público a someterse a tanto metal. ¿Y el público qué hizo? El público disfrutó, gritó, pogueó, y hasta se emocionó, con algunos de sus puntos más altos en A los 17, tema en homenaje a los héroes de Malvinas y Fin, track del disco “Instalado”. Los clásicos pasaron y pasaron, pero no quedaron en el olvido. Mucho después de terminado el show, no eran pocos los que todavía tenían esa sensación de desenfreno, de escalofríos y a la vez de satisfacción que tanto da gusto al mundo del metal y sus seguidores. Agradecidos, contentos, felices…esos fueron algunos de los adjetivos usados por los muchachos para describir lo que se sintió allí. Prometieron la vuelta, esperaremos que se cumpla.
by Lucas Boltrino
[Agradecimientos a Germán, encargado de Zadar Club, y a las bandas presentes por la buena onda]
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