Random (charly Garcia)

Disco recomendado del mes

“RANDOM”

 de Charly García

Volvió Charly García, es el titular que más se lee por estos días… ¿pero acaso alguna vez se fue?, Random es el título de su nueva placa y aquí vamos a tratar de averiguar de qué se trata.

 

 

Hablar de Charly García es hablar del ave fénix del rock argentino, del niño prodigio de oído absoluto y clavados a la pileta desde el 9º piso. Es hablar del artista del bigote bicolor que trascendió géneros y generaciones, porque pasó de la música clásica al folk con Sui Generis, del rock progresivo de La Máquina a la mega banda con Serú Girán y la fama; que decantó en un solista estrella de rock (como trabajo estable) que reinventó la música nacional de los 80 y 90.

Pero el Artista nunca dejó de grabar (y re-grabar), ni por excesos ni por internaciones. Entró y salió de rehabilitación más veces que Amy Winehouse, pero siempre quedó en pie (aunque su última operación de cadera atente contra dicha afirmación). Y aunque propios y ajenos aseveren que #CharlyGarcía siempre saboteó a #CharlyGarcía, tanto en lo físico como en lo musical, él nunca dejó de reinventarse y volver, siempre volver.

Por eso a casi siete años de la edición oficial de Kill Gil, García publica un nuevo álbum en las bateas de las pocas disquerías que aún subsisten y lo llama RANDOM. Diez temas nuevos que condensan la mejor versión posible de Charly, hoy. Con producción del propio Say No More, que interpreta casi todos los instrumentos ejecutados, apoyado en Rosario Ortega (la hija de Palito) para mejorar su voz (que suena muy procesada en todo el álbum). Son también de la partida Fernando Samalea (batería) y los chilenos Kiuge Hayashida Soiza (guitarra) y Toño Silva (batería) integrantes de The Prostitution, su última banda.

 

 

Y si bien Random no se parece a ninguno de sus discos anteriores, sí se lo puede linkear a distintos momentos de su carrera: folk, pop, blues, sinfónico, hasta aparece la maravillización y el Say No More, y también ese gusto por el rock británico de los ‘60 con homenajes a sus ídolos, Prince, Bowie y The Beatles e incluso el inicio, con Nocturno 2 de Chopin en La máquina de ser feliz; corte de difusión y balada frugal exquisitamente edificada. Una canción que ya había sido estrenada en 2015 en un episodio de la tira Viudas e Hijas del Rock and Roll (Telefe). “La máquina de ser feliz la tiene el Papa, la tengo yo”, asegura.

Sigue con Ella es tan Kubrick, un rock-and-roll-yo a media máquina, que cita parte de la filmografía de uno de sus cineastas favoritos (Lolita, Full Metal Jacket, El resplandor) para darle tenor a la fábula de una chica “tan drogadicta” que “me hizo acordar a Fabi Cantilo” (cualquier parecido con la realidad…).

Primavera abre con una suerte de banjo emulado que guía a ésta canción con destino de hit, en dónde Charly hace un auto-diagnóstico: “Ahora que estoy rehabilitado, saldré de gira otra vez… Siempre estaré pronto a renacer porque hoy yo estoy más joven que ayer”. Y despotrica contra el abuso de los celulares y la vida 2.0 “… arrobas y puntos, gramática de vegetal”.

Luego al disco se le cuelan los 80, con Rivalidad y un arreglo símil Buscando un símbolo de paz con auto-cita “Yo sé qué se imaginan cuando hablo de la cruz del sur”, y que le abre paso a Otro, un rock ochentoso con un diálogo clásico entre batería electrónica y bajo, que consigna la melodía hasta un valle de capas sonoro a lo A Day In a Life (Beatles).

Con el sonido ambiente de una tormenta comienza Lluvia, (¿acaso la mejor canción del disco?) una balada melancólica mid-tempo a lo Serú; Que pareciera que el mismísimo aguacero le hubiese pedido a Charly su mejor canción.

Sigue con Believe, una canción prescindible con letra en inglés y melodía a lo Prince junto a los músicos chilenos. Pero es en Amigos de Dios donde García suelta su pluma picante con mejor ironía, en una desopilante descripción de los telepredicadores “brasileros” de trasnoche o conductores de turno: “Loco cambio de canal pero sigue el recital. ¿Con qué mierda drogan a la gente?”, hasta se acuerda de Tinelli y dispara: «Toda esta mierda sucedió el día que Tinelli nació» (sic). Desde lo musical suena a El día que apagaron la luz.

Spector homenajea a Be my baby del gran Phil, pero con acento tanguero y allana el camino hacia el final, con Mundo B, dónde Los Fab Four vuelven a aparecer pero de modo explícito “I wanna hold your hand” y “She loves you, yeah, yeah, yeah…” con los que Charly dice adiós o mejor dicho hasta la próxima.

Random es sin dudas un disco que, por así decirlo, le arrebataron de las manos a Say No More, o como alguna vez le oyera decir a Mario Breuer (productor de Charly):”escuché tres versiones de Kill Gil, la 2º era lo más impresionante que él grabó jamas;… pero la que salió publicada está muy lejos de aquella versión”. Porque Charly no puede dejar de grabar y en ese espíritu de maravillización, graba y sobre graba (y a veces arruina) sus propias creaciones.

Conclusión: Un disco de canciones, cinematográfico y luminoso. Pero que cómo todo álbum de García no convence de primera escucha, sobre todo por su nuevo fraseo de #ComedorNuevo (sic.), aunque augura como los buenos vinos que maduran con el tiempo, convertirse en un clásico más. Random es un disco con lo mejor que puede dar este Charly modelo 2017, en su eterno retorno, aunque el tiempo tendrá la última palabra. ¡a escuchar, a opinar! Say (No) More

by Diego Alvarez

diego@musicasincomprimir.com.ar

 

EXTRAS

Cuenta Fernando Samalea que El Artista fue encontrando el concepto del disco, sumando voces, teclados, guitarras eléctricas y bajos en el Estudio Cathedral -con los ingenieros Nicolás Ottavianelli y Fernando Caloia-, y otras tantas en el Estudio Los Pájaros, de Luján (propiedad de Palito Ortega). El ingeniero Nelson Pombal realizó las mezclas en su estudio Nosfer, y el mítico Joe Blaney, aportó su labor en la canción “La máquina de ser feliz”, todo gracias a que el propio Samalea en persona llevó el master a New York, para que luego Ted Jensen se encargara de la masterización del álbum en los Estados Unidos. En cuanto a la portada del disco, se ve una suerte espectro femenino, apoyado en la mesada de una cocina y enmarcado en trazos reconocibles del libro Líneas paralelas (2013). En una esquina, Cut and paste hay un ichthys (el pez / símbolo de los cristianos) que dentro encierra la palabra “RANDOM”, otorgándole al álbum un perfil religioso. Las fotos de interior fueron a cargo de Nora Lozano y hay una especial dedicatoria a María Gabriela Epumer y el Negro García López –dos puntales de sus bandas prematuramente fallecidos– más un agradecimiento “a todos los fieles de la Iglesia del Pescado”.

 

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