Pocas son las bandas que expresan a flor de piel el significado de su nombre. Un verdadero terremoto; un despliegue de energía de altas magnitudes, que en ocasiones oscilan, pero siempre dejan marca. De eso se trata la propuesta de Tremor (con pronunciación sajona), la cual pudo reflejarse en el íntimo y cálido escenario del Espacio Tucumán en el Microcentro porteño, el pasado jueves 9.
El ambiente familiar del recinto se vio rápidamente invadido, cerca de las 20.30, de las vibrantes, psicodélicas y autóctonas melodías del trío. ¿Cómo pueden esas tres cualidades interactuar? Mediante la fusión de folklore y sonidos más digitales: Leo Martinelli en cuerdas, desde charango hasta guitarra eléctrica; Camilo Carabajal, con el bombo legüero como fiel compañero; y Gerardo Farez con su aporte de magia desde los teclados y sintetizadores. Ese es el epicentro de este proyecto, consolidado hace más de 10 años.
Si bien el setlist de su actuación fue acotado, sirvió para muestreo de sus trabajos de estudio, Viajante (2008); Proa (2013) y el EP Ave reina mora (2017): en la primera parte del show sonaron Lanza; Huacal y Resplandor, acompañados de la reversión de Manoteo en menor de Radiokijada (donde Farez comenzó a usar la melódica para aportar tintes de cumbia), compañeros de sello discográfico.
Luego de la canción que le da nombre a su primer disco de larga duración, siguió uno de los momentos especiales de la velada: la vocalista Luvi Torres se unió al grupo para interpretar la bella Huella (originalmente, con la participación de su colega Micaela Chauque), además de Sano adentro, de su autoría. Ambos tracks con un tierno aditamento: su pequeña hija a cuesta, a quien amamantaba en las primeras instancias.
Continuaron con Galopeador contra el viento; Ave mora (con el uso por parte de Martinelli de un instrumento de viento que surge de la combinación de un tubo o manguera y un cuerno de animal) y la poderosa Malambo, que hizo levantar a todos de las butacas para una recíproca arenga. Parecía que todo iba a terminar, demostrado en la despedida de la banda, pero a pedido de los espectadores dieron un plus.
Pandi marcó la muy pronta vuelta, con el reflejo de la intensidad sonora en cada instrumento, además del derroche de energía de Leo. Pero, tras otro breve impasse, decidieron retirarse a puro baile (sobre todo de parte de Luvi y su retoño, en un lapso por demás dulce) que con otro remix proveniente de su álbum Para armar: Cumbia bichera de El Remolón. Así, Tremor exhibió que géneros tan diversos pueden convivir y llevarse bien, con un resultado tan impactante como su esencia misma.
Escuchá lo mejor de la entrevista a Leo Martinelli, acá:
by Alan Pomian
alan@musicasincomprimir.com.ar
Fotografía gentileza de Espacio Tucumán
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Instagram: @tremortheband
Excelente reseña!! Temor sonó increíble es sorprendente como pueden escucharse en una misma propuesta tantas músicas mixturadas a la perfección y tan provocativas tanto en la composición como en la puesta. El uso de sonidos e intervalos inarmonicos fue lo q más me sorprendió entre las cosas nuevas q escuché del grupo. X diez años más Tremor! Chin chin