Como un claro reflejo de la diversidad de géneros y el constante crecimiento de la escena de la música nacional, el Festival Buena Vibra tuvo una nueva edición en Ciudad Cultural Konex del barrio de Abasto, el pasado domingo 4. Con un ida y vuelta de escenarios, la jornada contó con artistas de trayectoria y otros todavía emergentes, además de diferentes actividades como pintura en vivo; juegos; desquería; peluquería y más.
La cordobesa Candelaria Zamar, con su dulce voz, fue quien dio comienzo a la velada con canciones que reflejaban un relajado pop, plagado de teclados, frente al público que llegaba al patio del recinto. Su álbum Un vaso de agua de 2014 tuvo un rol protagónico, con tracks como Corazón de teflón; Post espanto; Si no es así o Si mi. Sus melodías pasaban de momentos más tranquilos a otros más alegres, pero siempre en un tono casi tierno.
En otro polo estilístico, esta vez en el interior del predio, Chita plagó de sensualidad el ambiente, con su bella voz, acorde al R&B o soul que se distingue en sus temas (que remonta a artistas como Joss Stone, por ejemplo). La vocalista, que generó suspiros con sus transparencias, presentó su EP homónimo lanzado este año, con hits como Algo más; Piel o Bring me down (también compone en inglés), con performances que iban entre danza o diversas poses.
Nuevamente en los exteriores, Weste (proyecto que surge a partir de la unión de miembros Fémina -Argentina- y Mushi Mushi Orquesta -Uruguay-) le puso color y clase a la tarde con su vestimenta y un toque diferente con su folk experimental, que pasa por ritmos andinos; flamencos y orientales, entre otros (incluso coquetean con el rap). Adelantaron parte de lo que será su nuevo material, pero no dejaron de lado éxitos como Somos nuevos; Río; Quisiera o Crisantemo.
Telescopios produjo un quiebre en lo vivido hasta el momento, dentro la parte techada del Konex. Desde Córdoba trajeron su pop rock, inmerso en sintetizadores, autotune y bastante distorsión por momentos, aunque con cierto toque funk. Desde aquí, todo tomó un tono más bailable (algo que continuarían los siguientes protagonistas), con canciones como Las prioridades; Para Z Mall o Tus amigos de la CIA. Además, hubo lapsos de psicodelia, sobre todo en las imágenes que se proyectaban en las pantallas.
Con el sol todavía presente, Bandalos Chinos y sus aires de disco mostraron por qué son una de las bandas con mayor proyección en la actualidad nacional, también entendible en la cantidad de espectadores que vieron su show. De la mano de su reciente placa, Bach, hicieron mover el esqueleto a más de uno con composiciones como Vámonos de viaje; Super V; El temblor o Ácido. Todo con la figura central de su cantante, Goyo Degano, que se mostró siempre activo.
El calor se hizo sentir entre las columnas, puertas adentro, cuando Morbo Y Mambo tomó la posta, en lo que fue una fiesta casi al punto de una rave. Con el comando de Maxi Russo y Andrés Ravioli (ambos en vientos y con un despliegue de energía admirable), además de repasar su más cercano trabajo, Muta, tocaron algunos clásicos como Blanco Nigeria; Kerosenne o 442, lo que logró contagiar al público para que se muevan al ritmo de su repertorio.
Para finalizar a todo trapo, Emmanuel Horvilleur desplegó sus grandes himnos al aire libre, a puro pop. Si bien su setlist fue acotado como el de todas las bandas de la fecha, tuvo tiempo suficiente para despacharse con una ráfaga de hits entre los que incluyó Soy tu nena; Llamame; No como y Somos nosotros, entre algunos más. Sus fans cantaron y bailaron a pleno cada uno de ellos, a la par que las sensaciones y el clima se tornaban intensos.
Sin embargo, a la hora de concluir la ya noche, el artista fue informado de que le quedaba un tema más por cuestiones de tiempo, por lo que optó por El hit. Pero luego de unos minutos de tocar, él y sus músicos se detuvieron abruptamente tras lo que parecía ser alguna indicación externa. Después de algunos ajustes, decidió interpretar Radios, para que los presentes comiencen la semana de la mejor manera, a lo que recibió una efusiva respuesta de aprobación.
Así, el Festival Buena Vibra tuvo un nuevo capítulo, esta vez escrito por manos más que diversas, a la espera de una nueva edición, que llegaría el próximo 9 de diciembre para continuar con el muestreo de nuestra fructífera escena.
by Alan Pomian
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