Virus según Marcelo Moura

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Marcelo Moura estuvo este domingo 15 de octubre en La Viola Bar de Quilmes para presentar en sociedad su libro «Virus», editado por Planeta en 2014.

Tras obtener buenas críticas, Marcelo le puso el pecho al libro y lo presentó durante estas tres temporadas en librerías, ferias y bares del palo, tanto en CABA y Gran Buenos Aires como en las provincias y algunos países limítrofes donde Virus es aún una leyenda latente.

Sus capítulos describen momentos para nada cronológicos, que hacen entender mejor como se conformó la banda y cuales fueron los sucesos que condicionaron el éxito, la masividad y la derrota, pero también la concreción de un sueño artístico colectivo, que superó las barreras de la familia Moura para convertirse en un hito popular.

Todas las noches antes de dormir, Marcelo escribió en un austero cuaderno sus recuerdos tal como le salían, tal como los recordaba. Un día, su profesor de canto le recomendó ordenar esas historias en un libro. Con el apoyo de su esposa Ana que lo corrigió, decidió pasarlo a la computadora y luego de la aprobación de la editorial, comenzó a redondear la historia durante unas vacaciones en la Costa Atlántica. «Es mi visión, no quise hacer una investigación para agregar algo que no me acordara, quería aportar solo lo que recuerdo. Mi hermano Julio que está desde el principio como yo, incluso antes que Federico, tendrá su visión diferente y espero que algún día haga su libro».

El relato abarca desde mediados de los 70, cuando Marcelo era un adolescente que ayudaba en el trabajo a su hermano Jorge, desaparecido durante la Ultima Dictadura Cívico Militar, hasta el presente, donde si bien la banda está un impasse y el cantante viene de editar su primer álbum solista «Disculpen La Demoura», el germen y las canciones de la agrupación pop siempre están presentes.

El libro se conduce mediante los antojadizos caminos de la memoria de Marcelo, y así se sumerge en un mar de consejos, anécdotas, vivencias únicas y momentos durísimos. De esa manera da cuenta de la historia del grupo, pero también nos ayuda a entender la cabeza de él mismo, con sus dilemas diarios, y búsquedas familiares y profesionales.

Los Virus fueron juzgados con severidad por la crítica. Acusados de frívolos y de no ser lo melancólicos que demandaba esos tiempos por los rockeros y sus colegas. Ellos buscaban un ímpetu de alegría entre tanta barbarie y gracias a sus cabezas musicales adelantadas en su tiempo, posicionaron a sus primeros 6 fabulosos discos en un bastión incontrastable del rock nacional y a Federico Moura como un icono indiscutido. Luego la historia los llevaría por un camino sinuoso en búsqueda de no vivir del recuerdo ni de la tragedia, con una conclusión que se ve reflejada en el presente de su trayectoria y el merecido (aunque tardio) reconocimiento.

 

Luego de algunas preguntas del público y una breve introducción propia, todo indicaba que se venía el esperado show acústico. Se calzó su electroacústica y dispuso su H2 con pistas de las mejores épocas de Virus.

Abrió con «Que hago en Manila», canción que, como cuenta en el libro, fue registrada por Julio Moura con ese nombre porque las otras opciones ya estaban cubiertas y en esa época no podía haber en Sadaic nombres repetidos. Ante la negativa de «Todo el tiempo», «Quiero estar enamorado» y «Quiero tenerte a mi lado», se le ocurrió ese título que nada tenía que ver, casi por hartazgo.

Luego llegó el cover de Daniel Melero «Trátame suavemente», que casualmente Soda Stereo incluyó en su primer disco, producido por Federico Moura. Después se sucedieron una catarata de hits: Superficies de Placer, Imágenes Paganas, Pronta Entrega y Polvos de una relación. Mas tarde, en lo mas álgido de la presentación y cuando el público pedía más temas (en principio solo sería un pequeño showcase que derivo en una larga presentación de 45 minutos) llegaron «Amor Descartable», «Me puedo programar» y «Sin disfraz» (puesto a referendum y luego de la insistencia del publico) para luego dar lugar a «Luna de Miel en la Mano» y cerrar bien alto con «El probador». Un show sin fisuras, junto a su guitarra, pistas pre programadas disparadas de un dispositivo, y los coros y pandereta de su compañera Ana Naón.

 

by Javi Vidal.
@djaviervidal
Fotos: Melina Proci

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