El grupo de Brit pop liderado por James Walsh, que saltó a la fama en 2003 a fuerza del hit «Four yo The floor», dio un recital sin fisuras en Palermo. Presentaron su nuevo álbum “All This Life” pero entregaron todos sus éxitos.
La banda de indie rock británica Starsailor dio el sábado 6 de octubre un interesante show ante más de 300 seguidores en Groove (Av. Santa Fe 4389). La excusa era presentar oficialmente en el país su más reciente placa, All This Life (2017), pero en el espectáculo predominaron las canciones más importantes de su prolífica trayectoria, aquellas que esperaban los fans ortodoxos. Los mismos que se acercaron, tanto al reducto de Palermo, como a esperarlos el viernes al aeropuerto, una práctica que parecía en desuso pero sigue tan firme como la existencia de los clubes de fans. «Veo en esta primera fila muchas de las caras que nos recibieron ayer» dijo visiblemente emocionado y en ingles el frontman James Walsh. A veces no es necesario ser muy convocante o estar en la cresta de la ola para que aparezcan fanáticos fervientes en cada parada de un tour.
«Qué bueno es estar en esta ciudad maravillosa una vez más, espero que no vuelvan a pasar 11 años para volver», expresó el cantante más tarde. Y es cierto: el único antecedente del grupo de Lancashire en Argentina había sido hace 11 años exactos, en 2007, en un intimo sideshow en El Teatro y horas después en el «Festival Yeah!», donde tocaron junto a The Killers y Travis en un estadio de Vélez que les quedó algo grande.
La formación debutó en el 2000 como una de las promesas del britpop anglosajón, de la mano del tan exitoso como melancólico single «Fever» (que luego formaría parte de su primer álbum «Love Is Here» de 2001). Pero fue con su segundo larga duración, «Silence Is Easy» de 2003 (en noviembre comienza una gira por Reino Unido para celebrar sus 15 años), con el que consiguieron aceptación internacional a fuerza de hits. Luego llegarían «In The Crossfire» (2005) y «All The Plans» (2009). Ese mismo año el cuarteto comenzó un impasse de cinco temporadas que terminó con la gira lanzamiento del compilado «Good Souls: The Greatest Hits», entre 2014 y 2015. Si bien habían manifestado su interés de hacer solo un regreso fugaz, el 1 de septiembre de 2017 llegó un nuevo álbum para asegurar la continuidad y comenzar gira mundial.
La velada comenzó pasadas las 20 con un puñado de canciones del solista telonero Matías Berna, para luego dejar lugar a los del noroeste de Inglaterra desde las 21 puntual. Todo comenzó con el novel «Listen To Your Heart”, corte de la más reciente placa: «está disponible nuestro nuevo disco desde el año pasado», remarcó Walsh, que durante la noche solo atinó a vociferar varias veces una única palabra en español: «gracias». Luego, el recital, en sus más de 100 minutos de duración, viró hacia los temas destacados de los primeros dos álbumes y respetó casi a rajatabla la lista que propusieron para la gira: a excepción de dos covers que sumaron, fue la misma que el jueves 4 presentaron en el Club Amanda de Chile.
Durante las 18 canciones, el potente bajista de Travis, Andy Dunlop (reemplaza en este tour sudamericano a James «Stel» Stelfox), y el prolijo y animado baterista Ben Byrne acompañaron el ritmo de un verdadero show de rock. Fue Barry Westhead, el tecladista, el encargado de marcar los tiempos con sus climas. Pero sin dudas la voz versátil de Walsh colmó las expectativas del público con sus matices adquiridos en casi 20 años de carrera: hoy la voz de James suena original y potente, y sirve de guía para volver fáciles y creíbles esas canciones que son difíciles y sentidas.
Los éxitos más vitoreados fueron lógicamente “Alcoholic”, “Poor Misguided Fool” ,“Fever” y «Silence is Easy» (en orden de aparición), pero el momento álgido de la noche fue entre el final de «Tell Me It’s Not Over» y el inicio del megahit «Four to the floor» que hizo encender todas las cámaras y celulares para filmar el memorable momento del estribillo. Sin embargo, entre las más cantadas por el público estuvo «Best of me», una de las tres que tocaron del nuevo disco.
Quedaría también tiempo para los bises, con una sorpresiva aparición primero de James solo con su guitarra para una versión de «Read my mind» de The Killers, y ya con todo el grupo, para hacer la reconocida canción “All I Wanna Do Is Rock” de Travis, como una forma de rememorar aquella noche de noviembre de 2007. Hubo tres covers en total: sonó más temprano «Ain’t No Sunshine» de Bill Withers. El cierre fue a toda orquesta con «Good Souls», aquel éxito de 2001, seguido de un riff y un coro interminable que extendió más de la cuenta la canción y dejó a estas «almas buenas» de Chorley más vigentes que nunca, y a los seguidores con ganas de más. Esperemos que no pasen otros 11 años para volverlos a ver.
by Javi Vidal
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