Los Milongas Extremas venían de ver la nieve por primera vez. Y es que apenas unas horas atrás de ese 26 de septiembre estaban nada menos que en Ushuaia. En la tarde de ese día se acomodaban en las mesas de Lucille (Gorriti 5520) para pasar por los micrófonos de Música Sin Comprimir y luego mostrar toda su energía en un show íntimo y poderoso.
Podés escuchar el resumen de esta cobertura acá:
Sueltos, alegres y con mucha camaradería nos recibieron Matías Rodriguez y Santiago Martínez, y una de las primeras preguntas obligadas rondaba en torno a “Temprano”, su segundo disco de estudio.
El mismo se despega de los covers de Extremoduro (una de sus enormes inspiraciones, y a quienes empezaron versionando) e incorpora no solo trabajo propio, sino también versiones de canciones de nada menos que Alfredo Zitarrosa y Lucio Muñiz.
Y no solo las composiciones propias fueron la novedad, sino también la forma de grabar: “Nos pasó algo que yo pensé que nos íbamos a demorar más y es que nos fuimos a grabar afuera, a una casa. Montamos un estudio en la casa de nuestro sonidista, y nos quedamos ahí como dos semanas. Era levantarse y estar para el disco. Cuando vos aislas el exterior y te metés solo para eso, la música fluye de otra manera” contaban.
Esto, sumado al estar metido en gran medida en el arte de tapa del disco y de ya saber casi de antemano el orden de las canciones habla de un trabajo que se podría decir que fue planeado mucho tiempo antes que siquiera tuviera un nombre.
Siendo la sexta vez que visitan el país, tuvieron millones de experiencias, vivencias y sobretodo amistades que se fueron quedando con el tiempo. Pero por supuesto, algunas cosas ahora son muy diferentes para ellos: “Creo que de diferente tiene el mecanismo por el cual venimos, que por suerte vamos hacia algo más profesional. También nos cuidamos más ahora que tenemos un toque atrás del otro (sic) y no vamos tan rotos. Esas son cosas en las que hemos evolucionado y envejecido (risas)”.
Al ser una banda que juega con ritmos clásicos de la música rioplatense, es común que mucha de la gente que los va a ver sean más ortodoxos del género, con la cual nunca se sintieron en deuda por presentar algo diferente: “Nosotros lo vivimos sin culpa porque somos de Montevideo y nacidos en los 80. En nuestras canciones se trasladan nuestros sentimientos, y no son camperos de mañana con pajaritos. Hay veces que son con un bondi atrás del otro haciendo ruido y otras que son viendo a dos gurises que se enamoraron en un toque nuestro y son novios por las Milongas Extremas”.
Luego de una entrevista muy extensa, a las 21 hs un buen número de personas se agolparon en las puertas del teatro, el cual le ofreció, como siempre, un tinte bien íntimo a una velada que prometía desde el vamos.
Cerca de las 22 hs, arrancaron las Milongas, y desperdigaron un montón de energía a lo largo de todo el escenario, haciendo un repaso por una buena cantidad de composiciones propias y de sus influencias, las cuales, dependiendo del momento, eran más o menos pesadas, y con algún agregado extra como el saxofón de Paio, quien por momentos dejaba las cuerdas para darle lugar al viento.
Luego de una pausa de “cinco minutos uruguayos”, los muchachos siguieron rockeándola (a su modo) hasta poco después de la medianoche, dejando a la multitud repartida entre las mesas con ganas de más, y sin dejar de lado la buena onda en ningún momento.
Podés escuchar también la entrevista completa a las Milongas Extremas acá:
by Lucas Boltrino
lucas@musicasincomprimir.com.ar
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